
La protección de los datos personales no es solo una cuestión técnica o administrativa: es un derecho constitucional que garantiza la autodeterminación informativa y la privacidad de cada persona. En México, este derecho está respaldado por la Ley Federal de Protección de Datos Personales en Posesión de los Particulares (LFPDPPP), la cual establece obligaciones claras para quienes recopilan y gestionan datos personales en el ámbito privado.
Su incumplimiento no solo representa una falla ética, sino también una exposición directa a sanciones económicas y penales. Por ello, comprender las conductas sancionables y sus consecuencias legales es fundamental para prevenir riesgos y fortalecer una cultura de cumplimiento dentro de las organizaciones.
La ley protege todos aquellos datos que, si se divulgan sin autorización, pueden afectar la esfera más íntima de una persona. Esto incluye información como:
Cuando se trata de estos datos personales sensibles, el tratamiento debe contar con consentimiento expreso y por escrito, mediante firma autógrafa, electrónica u otro mecanismo verificable de autenticación.
La LFPDPPP define un conjunto de conductas que, al incumplirse, constituyen infracciones sancionables. Entre las más relevantes se encuentran:
Estas conductas no solo pueden dañar la confianza del titular, sino también la integridad y reputación de la organización.
El Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) es la autoridad encargada de imponer las sanciones correspondientes. Estas pueden ser:
Cuando se incumple una solicitud de derechos ARCO sin justificación legal.
Las multas pueden duplicarse cuando se trate de datos personales sensibles.
La prevención parte de una cultura organizacional orientada a la responsabilidad. Algunas acciones recomendadas son:
Cumplir con la LFPDPPP no debe verse como una carga, sino como una estrategia de confianza, competitividad y ética. Las sanciones no son solo un riesgo económico: son un recordatorio de que manejar información personal implica una gran responsabilidad. Alinear los procesos internos con la ley es una forma de proteger a las personas, a la organización y al entorno en el que opera.